Dicen que hay sabores que no se olvidan: no por sofisticados, sino por entrañables. Porque, en medio del caos, el estrés o la nostalgia, hay algo que siempre funciona: ese platillo que sabe a hogar.
El término comfort food apareció por primera vez en 1966 en un artículo del Palm Beach Post. Desde entonces, se ha convertido en un concepto universal: platos que reconectan con la infancia, traen memorias familiares o simplemente hacen que todo esté bien después de un mal día.
Aunque no existe una traducción exacta, en México solemos hablar de “comida apapachadora”, “comida del alma” o simplemente “esa receta de la abuela que te salva”.

En México, este tipo de comida tiene apellido y sazón propio. Basta pensar en una sopa de fideo seco con costra de queso, una sopa de tortilla con aroma a hogar, o unos chilaquiles que saben a domingo en familia.
Hoy, en medio del auge de experiencias sensoriales, hay un regreso claro a lo básico: preparaciones sencillas, honestas y bien hechas. De hecho, en plataformas como TikTok o Instagram, el hashtag #ComfortFood acumula más de 2.5 mil millones de vistas.
Con la finalidad de recrear este tipo de platillos nació Peltre Lonchería, un concepto que ofrece desayunos y comidas que te traerán una sonrisa a la boca: desde chilaquiles con chorizo hasta tortitas de carne en salsa verde.

Peltre Lonchería también está disponible en plataformas como Uber Eats, llevando su sazón reconfortante hasta tu puerta. En México, el 65 % de los consumidores pide comida a domicilio hasta tres veces por semana, y plataformas como Uber Eats se han convertido en ese puente diario entre el antojo y la tradición.
