Festejar sin desperdiciar: cómo evitar que tu cena patriótica termine en la basura

El desperdicio de alimentos en festividades representa un problema ambiental y social importante que se puede reducir con planificación y consumo consciente. De acuerdo con datos de la Encuesta Regional sobre Percepción de Desperdicio de Alimentos 2025, realizada por la plataforma de rescate de alimentos, Cheaf, más del 50% de los mexicanos tiran alimentos a la basura al menos una vez a la semana y de manera convencional.

Imagen de ALFONSO CHARLES en Pixabay

En México se desperdician más de 28 millones de toneladas de alimentos anuales según la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). De esta cifra, 61% de los alimentos desechados provienen de los hogares.
“Este fenómeno no solo representa un impacto ambiental significativo, sino también una pérdida económica para los hogares, ya que gran parte de estos alimentos podrían aprovecharse si se planificaran mejor las compras y se diera un destino responsable a los excedentes”, afirma Braulio Valenzuela, Country Manager de Cheaf para México.
Durante las celebraciones de las fiestas patrias en México, el exceso de compras y la preparación de grandes cantidades de platillos típicos suelen derivar en un aumento del desperdicio. De acuerdo con la encuesta, los productos que más terminan en la basura son comida cocida o sobrantes de guisos, seguidos por frutas y verduras frescas, así como productos de panadería.
El pozole, los tamales, las tostadas y demás ´antojitos mexicanos´ toman lugar en las mesas de los mexicanos para ser degustados… pero también desperdiciados. Para evitar que esto siga sucediendo, la plataforma brinda 5 recomendaciones para festejar sin desperdiciar:

  1. Abundante o no tanto, planifica el menú: Más allá de considerar el número de personas que van a comer, también elige platillos versátiles y conservables, es decir, aquellos que se pueden refrigerar o congelar; antojitos que puedan volver a calentarse y salsas que se usen después.
    Puedes optar por un menú colaborativo. En lugar de que cada familia haga un pozolazo gigante, cada quien puede preparar una parte del menú.
  2. Ten preparados envases adecuados tanto para ti, como para tus invitados: Guarda las sobras en porciones pequeñas en recipientes herméticos, y refrigera lo antes posible, esto ayudará a no desperdiciar toda la comida que no se consuma al final de la noche. Además ¡tus invitados podrán llevar consigo también! Si vas a tener más de lo que puedas comer, comparte entre familiares, amigos, vecinos o, incluso, contacta bancos de alimentos locales que acepten donaciones de comida preparada.
  3. ¿No tan fan del recalentado? Entonces recetas de chile, mole y pozole: Promueve la idea de cocinar pensando en cómo se va a reinventar el platillo después: el pozole se puede convertir en tacos dorados con carne deshebrada, mientras que el guacamole puede ser un rico aderezo para las ensaladas.

También puedes aplicar la regla del 2×1: Cada platillo que cocines debe poder transformarse en al menos otra receta, por ejemplo, la carne de la tinga se puede usar en sopes o quesadillas al día siguiente; y la salsa verde puede ser una excelente base para enchiladas o chilaquiles en el desayuno.

  1. Ojo con las bebidas: De horchata o jamaica, refresco o tequila, las bebidas también terminan sobrando. Puedes pedir a tus invitados que traigan sus propias bebidas, o bien tener jarabes o concentrados listos para ir mezclando conforme se vayan demandando. Recuerda que si te sobran bebidas naturales preparadas, lo mejor es refrigerarlas inmediatamente y consumirlas lo más pronto posible.
  2. ¿Y el postre? La mejor manera de no desperdiciarlos es hacerlos y ofrecerlos en formatos individuales, de esta manera todos tendrán sus porciones correspondientes y no sobrará de aquella gelatina o flan tamaño familiar. Recuerda que la gastronomía mexicana ofrece una gran variedad de dulces y postres cuyas presentaciones individuales son las más comunes, como las palanquetas, los churros o los buñuelos.

Las fiestas patrias son un momento de orgullo, de unión y de abundancia en las mesas mexicanas. Sin embargo, también se debe asumir la responsabilidad que implica lo que se consume.


“En México convivimos con un contraste doloroso: mientras millones de personas padecen inseguridad alimentaria, miles de toneladas de comida en buen estado para su consumo se tiran a la basura. Por eso, reducir el desperdicio en estas fechas no significa privarse de la fiesta, sino celebrarla con conciencia, valorando lo que tenemos y compartiendo con quienes más lo necesitan
AutBraulio Valenzuela, Country Manager de Cheaf para México.hor Name
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