Fundación Banorte y un Kilo de ayuda, unidos por la nutrición en México

Fundación Banorte y un Kilo de ayuda acudieron a la comunidad de El Santito, en Yebucivi, Estado de México, la semana pasada, para revisar los resultados del proyecto conjunto: “Creciendo desde la esperanza”.

La iniciativa busca contribuir a tres de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU:

  1. Fin de la pobreza
  2. Hambre cero
  3. Salud y Bienestar

El proyecto “Creciendo desde la Esperanza”, inició en 2021 y ha beneficiado a 3,882 niñas y niños, 200 mujeres embarazadas y más de 3,800 madres o cuidadores del Estado de México, quienes forman parte del Modelo Integral de Desarrollo Infantil Temprano (MIDIT) de Un Kilo de Ayuda.

La inversión de la Fundación se destina a las siguientes iniciativas:

  • Apoyo al Modelo Integral para el Desarrollo Infantil Temprano en su versión actual, con mira a nuevas intervenciones
  • Inversión inicial y continuidad para la apertura del CEDIT Galeana en Nuevo León.
  • Apoyo en la emergencia de Guerrero y Oaxaca frente a los huracanes Otis y John.
  • Vinculación interorganizacional con la UNESCO, Sésamo y Enseña por México

Un Kilo de Ayuda, con más de 38 años de trayectoria, centra sus esfuerzos en el Desarrollo Infantil Temprano de niñas y niños menores de cinco años en seis estados
del país: Estado de México, Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Sinaloa y Nuevo León.

Evolución del programa

En el marco de la visita a la comunidad “El Santito”, Astrolabio Culinario tuvo la oportunidad de conversar con Priscilla de Anda, directora general de Un Kilo de Ayuda, quien nos compartió: “somos una fundación con casi 40 años trabajando por la niñez del país, más que solo estar enfocados en el tema de nutrición, nuestro enfoque es desarrollo infantil temprano, queremos que todos los niños menores de 5 años y menores embarazadas alcancen su máximo potencial. La única manera de hacerlo es un enfoque de derechos en el que buscamos garantizar que cualquier niño, sin importar las condiciones en las que nazca o se desarrolle, tenga las mismas oportunidades. ¿Cómo lo hacemos? A través de diferentes intervenciones que no solo tiene que ver el tema físico, también la parte cognitiva, socioemocional y el desarrollo comunitario. Nosotros sabemos que solo trabajando en red es que lograremos un cambio social”.

“Nuestro programa hoy está focalizado en la vigilancia física, tomamos peso y talla en los niños y mujeres embarazadas, les damos suplementación a base de hierro y vitaminas, detectamos a través de una prueba capilar si los niños padecen o no anemia, sobre todo porque es un padecimiento que hace que, los niños que no tienen acceso a alimentos ricos en hierro, presentan anemia lo que frena el desarrollo neurológico. La desnutrición es muy evidente, por lo que enfocamos nuestros esfuerzos en el peso y talla de los niños. Lo que queremos es detectar, mediante una prueba de desarrollo infantil, llamada la prueba EDI: ¿cómo están los niños en sus etapas de desarrollo? Un niño a lo mejor de un año ya tendría que contar con cierta motricidad, ¿qué pasa si no está sucediendo? Si notamos rezagos en su desarrollo trabajamos con los padres en el fortalecimiento de estas habilidades. Todo nuestro modelo también está centrado en el desarrollo de habilidades en los cuidadores principales, ellos son los que pasan más tiempo con los pequeñitos y aunque nosotros podemos dar suplementación y consejos, ellos son los que llevan a cabo las estrategias.”

“Como parte del modelo entregamos alimentos fortificados a base de hierro, algunos alimentos enfocados a esta población como la leche; buscamos contribuir a la economía familiar, pero también promover una parte socio emocional y afectivo, enseñamos muchísimo juego y un enfoque comunitario que organiza a la comunidad para que ellos mismos puedan ser agentes de cambio en el desarrollo de sus hijos. Hoy contamos con mamás que nos ayudan en la intervención de los facilitadores, trabajando en equipo con alianzas como la de Fundación Banorte es que podemos llevar a cabo este tipo de acciones.”

“Estamos trabajando en seis estados, nos encontramos trabajando en Guerrero temporalmente como consecuencia de las afectaciones causadas por el huracán Otis, evaluando si nos quedamos o no, permanentemente; el desarrollo infantil es multi dimensional y queremos que nuestras intervenciones sean las más costo/efectivas y que impacten de manera muy profunda en los niños. Trabajamos con pobladores, con expertos, corporaciones y empresas en poder definir intervenciones efectivas. Nos encontramos en la etapa de pilotaje de nuestro Modelo “MIDIT 2.0″, así le llamamos porque es un nuevo modelo que quizá en 2 o 3 años ya esté probado en todos nuestros centros.”

Por su parte, Jimena Prado, directora general de Fundación Banorte, destacó: “Estamos comprometidos con los niños y las niñas más vulnerables de nuestro país,


trabajamos para que tengan la nutrición necesaria para desarrollar su máximo potencial y mejorar su calidad de vida.”

El evento contó con la participación de representantes de las comunidades beneficiadas, quienes compartieron testimonios y realizaron una demostración de las actividades que llevan a cabo cada tres semanas en colaboración con Un Kilo de Ayuda. Como símbolo de gratitud, obsequiaron un “Árbol de la Vida”, una artesanía tradicional que representa los cimientos sólidos que esta alianza ha construido en la vida de sus hijos, hijas y familias.

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